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Mostrando las entradas de agosto, 2024

No 94 "Las Semillas al Viento"

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  Fue en aquellos días, cuando nuestra madre comenzó a quedarse sola, como un robusto árbol que, tras perder sus hojas, se enfrenta a la desnudez del invierno. Sus hijos, que alguna vez fueron sus ramas más queridas, se esparcieron como semillas llevadas por un viento caprichoso que los dispersó hacia destinos desconocidos. Ellos siempre se van, como se van las estaciones, sin dar aviso ni pedir permiso. Y tú, madre, permaneces en la casa grande, recogiendo con manos temblorosas los cubiertos y el mantel que tantas veces cobijó nuestras alegrías. Cada día te rebelas, impotente, ante el caos que dejaron tras de sí, esos niños que un día se irán a conquistar otros mundos, cuando su niñez, como la espuma del mar, se haya desvanecido. Los recuerdas corriendo por los pasillos de la vieja casa, como pequeños ciclones que arrasan con todo a su paso, rompiendo cristales con sus balones, inventando aventuras de piratas en el salón, llenando el portal con el bullicio de sus gritos, y lanzando co

No 93 "El Camino de la Sabiduría"

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 "Entre la Esperanza y la Fe" En la travesía de la vida, cada paso que damos está cargado de enseñanzas, aunque a veces no las comprendamos en el momento. Nada, absolutamente nada, se aleja de nuestra vida sin antes habernos dejado el aprendizaje necesario. No es el paso del tiempo lo que sana nuestras heridas, sino el proceso interno que cada uno de nosotros experimenta a lo largo de ese tiempo. Sanamos porque aprendemos, porque aceptamos, porque dejamos ir. La esperanza nos lleva a desear, la fe nos impulsa a creer, pero es la valentía la que convierte nuestros anhelos en realidad. A veces, mirando hacia atrás, nos damos cuenta de que aquellos rechazos que parecían devastadores eran, en realidad, desvíos hacia algo mejor, algo que el destino nos tenía reservado y que simplemente no podíamos ver en ese momento. Las palabras, aunque ligeras como el viento, poseen una fuerza que trasciende lo material. Una sola palabra tiene el poder de dar vida o de arrebatársela. En el silen

No 92 "Más Allá de la Vida"

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"Lo Que Dejamos Atrás"  En los momentos tranquilos de la vida, cuando el bullicio del día a día se aquieta y el eco de nuestras acciones resuena en la soledad del pensamiento, es cuando la reflexión sobre nuestra existencia se vuelve inevitable. En esos instantes, uno se da cuenta de que la vida, con todas sus apariencias y posesiones, es una efímera ilusión. Lo que hoy parece indispensable, mañana será irrelevante; lo que hoy tiene valor, mañana se desvanecerá como el humo al viento. Cuando llegue el día en que nuestro cuerpo ya no responda, no habrá tiempo para lamentos ni arrepentimientos. Nuestros seres queridos, con el amor que siempre nos brindaron, se encargarán de realizar los últimos ritos, aquellos que marcan el fin de nuestra presencia física en este mundo. Nos quitarán la ropa que alguna vez consideramos importante, nos lavarán con respeto y nos vestirán por última vez. Nos sacarán de la casa que tanto tiempo habitamos y nos llevarán a una nueva morada, una direcc

No 91 "Al Final del Camino"

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 "En Paz con la Vida" Cerca del final de mi viaje, cuando las sombras se alargan y el día comienza a desvanecerse, me encuentro en paz con la vida. Hoy, mirando hacia atrás, no siento amargura ni resentimiento, sino una profunda gratitud. La vida no me ofreció falsas promesas ni me condujo por senderos engañosos. No hubo en mi camino trabajos que no mereciera, ni penas que no pudiera soportar. Todo lo que enfrenté, lo hice con los ojos abiertos, consciente de que el destino era mío para esculpir. Ahora, al contemplar el largo y a veces arduo sendero recorrido, reconozco que fui yo quien diseñó cada uno de sus tramos. Si en mi copa encontré la dulzura de la miel o el amargor de la hiel, fue porque yo mismo elegí cómo saborear cada experiencia. Las rosas que adornaron mi jardín no fueron un capricho del azar, sino el fruto de los rosales que cuidadosamente planté. Así, la belleza que floreció en mi vida fue un reflejo de las semillas que, con esperanza y esmero, decidí sembrar.

No 90 "Ecos de Gratitud"

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  Vivencias de un Corazón Sereno En este tramo sereno de mi existencia, donde el ruido del mundo se apaga y solo queda lo esencial, donde las ambiciones se han desvanecido como el rocío al amanecer. No anhelo grandes riquezas ni conquistas; mi corazón se conforma con la ternura de un amor sincero y la gloriosa compañía de mis amigos. Anhelo unas cuantas sonrisas que iluminen mis días y palabras de cariño que me arrullen antes de dormir. El recuerdo dulce de aquellos que ya no están me acompaña como un susurro en el viento, recordándome la belleza efímera de la vida. Al otro lado de los cristales, deseo ver un par de árboles que se mecen con la brisa y un pedazo de cielo donde la luz y la noche se encuentren en un abrazo eterno. Busco el mejor verso del mundo y la melodía más hermosa, esas que resuenan en el alma y la elevan. Por lo demás, podría vivir de papas cocidas y dormir en el suelo, siempre que mi conciencia esté tranquila. La libertad y el espíritu crítico son tesoros que guard

No 89 "Renaciendo en el ocaso: La paradoja de envejecer"

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"Espejos del alma: Reflexiones sobre el paso del tiempo"  El paso del tiempo es un camino sinuoso, lleno de piedras y baches que nos obligan a ralentizar nuestro andar. Con cada año que pasa, nos enfrentamos a la tarea de despedirnos de aquella persona que fuimos, saludando con una mezcla de curiosidad y temor a este nuevo ser en el que nos hemos convertido. Envejecer es un arte que pocos logran dominar. Requiere una valentía silenciosa para mirar al espejo y aceptar las líneas que el tiempo ha dibujado en nuestro rostro, para abrazar este cuerpo cambiante que ahora habitamos. Es un proceso de desprendimiento, de soltar las vergüenzas y los prejuicios que nos atan, de enfrentar el miedo que los años traen consigo. En este viaje, aprendemos a soltar. Dejamos ir lo que ya no nos pertenece, permitimos que se alejen aquellos cuyo camino ya no se entrecruza con el nuestro, y abrimos nuestros brazos a quienes deciden quedarse a nuestro lado. La soledad se vuelve una compañera frecu