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Mostrando las entradas de junio 2, 2024

No 76 "Crepúsculo del Destino: Un Adiós Silente"

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En el crepúsculo de su existencia, un hombre se halla en el umbral de lo eterno, enfrentándose cara a cara con la muerte. Este encuentro, marcado por el silencio de dos almas en duelo, es como el de dos espadachines en un campo de batalla invisible, uno vestido con la inevitable oscuridad, y el otro, con el manto pesado de sus recuerdos y temores. La muerte, esa figura envuelta en sombras y misterios, observa con una calma inquietante, sus ojos vacíos de emoción pero llenos de finalidad. El hombre, valiente y temeroso a la vez, titubea. En la penumbra de este momento crítico, murmura con voz quebrada: “¿Por qué yo?”. La pregunta se suspende en el aire, densa y sin respuesta. La muerte no responde; su silencio es una declaración implícita: “Porque es tu hora”. Recuerdos inundan la mente del hombre—destellos de alegrías pasadas, dolores agudos de tristezas y pérdidas, los contornos borrosos de amores que fueron y sueños que se desmoronaron ante la implacable marcha del tiempo. Se cuestio

No 75 "Arqueología del Alma: Desenterrando al Yo"

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  La vida, ese vasto océano de experiencias, que nos pone a prueba constantemente. Nos empuja a los límites de nuestra fortaleza, desafía nuestra fe y mide nuestra determinación con la precisión de un “reloj cósmico".  Cada amanecer nos ofrece una nueva batalla, un terreno inexplorado de desafíos y oportunidades. Te invito, entonces, a sumergirte en los recovecos más profundos de tu alma. Allí, en el rincón más oscuro y polvoriento, encontrarás a tus mejores aliados y a tus más fieros oponentes. Es en esa introspección donde reside la verdadera esencia de la existencia humana, donde cada batalla interna es una danza entre la luz y la sombra, entre la esperanza y la desesperación. A veces, al escudriñar esos rincones olvidados, encontrarás polvo acumulado, representando sueños abandonados y promesas olvidadas. Es en esos momentos cuando debemos limpiar ese polvo, alimentando las “débiles esperanzas” que yacen en el fondo de nuestro ser. El coraje, adormecido por el miedo y la incer