47 "Danzar en la cuerda floja: desafiando a los salteadores del alma"
Tres riesgos nos acechan, como garras afiladas que laceran el alma. La depresión, lúgubre espectro que se alimenta del remordimiento por lo que fue, un sufrimiento interminable que nubla nuestra visión del pasado, impidiendo que nos realicemos. El remordimiento nos atormenta con culpas interminables que no podemos redimir, por más que nuestros sueños se desangren. El estrés, verdugo implacable, nos arrebata el regalo del presente. Somos huéspedes malvenidos en nuestra propia vida, ajenos al banquete de bellos instantes que la vida nos ofrece. Voraces, ellos se deleitan mientras nosotros, distraídos, dejamos que los mejores bocados se queden en el plato. Y la ansiedad, serpiente venenosa que silba al oído sus inquietudes. Nos enrosca en una mente frenética, siempre tratando de esculpir con manos temblorosas el barro de un mañana que se disgrega una y otra vez. Así malgastamos la arcilla de nuestros días, modelando quimeras en lugar de amasar la belleza del ahora. ¿Seguiremos...