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Mostrando las entradas de abril 30, 2024

No 65 “Dejar Ir”

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  Aferrados al pasado, nos negamos a soltar, Atados a recuerdos que ya no volverán. Pero la vida es un río que fluye sin cesar, Y debemos aprender a dejar ir, a avanzar. Aunque duela el corazón y el alma se resista, Hay que abrazar el cambio, dejar que el amor persista. No en la forma que anhelamos, sino en la libertad, Desearles lo mejor, sin ataduras ni maldad. Quizás un día regresen, quizás no sea así, Pero no podemos forzar lo que ya no está aquí. Debemos honrar lo vivido, atesorar lo que fue, Y abrir nuestros corazones a lo que el destino nos dé. Porque la vida es demasiado corta para vivir atados, A sueños rotos y amores ya marchitos. Es hora de soltar, de dejar ir con gracia, Y permitir que nuevas oportunidades nos abracen. Así que despidámonos con ternura y gratitud, De aquellos que un día amamos con plenitud. Y abracemos el presente, con sus retos y alegrías, Pues la vida siempre pruebas no pone.

No 64 “Reflexión sobre la Nostalgia”

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Miro hacia atrás sin nostalgia. Tengo esa suerte. La nostalgia nos envuelve un poco como la niebla invade un paisaje, las cosas se vuelven ligeramente borrosas. Es insidiosa, la nostalgia. He luchado contra ese desenfoque, nunca lo he aceptado porque no sirve de nada. El mero hecho de que la imagen se distorsione, que se tiña con la emoción del recuerdo, carece de propósito. Al menos, ese no es mi propósito.  Es la puerta abierta a una forma de sufrimiento que, obviamente, no busco. Hoy, siendo un hombre envejecido, no quiero arruinar mi vida cotidiana con cosas infelices que vendrían a perturbarla. La nostalgia debe permanecer en la orilla. No es que no exista, pero no es bienvenida. Y en mi casa, las cosas que no son bienvenidas no entran. Sólo quedan los momentos de luz y gloria. Como el ocaso dorado que tiñe las olas del mar con sus rayos cálidos, así recuerdo mi pasado. No con melancolía, sino con una sonrisa serena, celebrando los instantes radiantes que iluminaron mi camino. Cad