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Mostrando las entradas de julio, 2024

No 88 La Canción del Alma: Aprendiendo a Amar en la Adversidad

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 En la inmensidad del vacío, la noche se desvanecía como el éter, buscando refugio entre cielo, mar y  tierra. La soledad, antes desconocida, invadió mi alma, desmoronando el tapiz de memorias que la habitaban. En la grieta de mi conciencia, sentí el ardor de una herida viva, una inmensa ingratitud que hizo brotar lágrimas saladas sobre mi almohada. Busqué entre los cuatro puntos cardinales una señal de fe, un faro en la tormenta de mi desolación. Pero no encontré cielo que me cobijara, ni un refugio donde posar mi alma que me abrazara, ni almohadas de lana que acaricien mi rostro. Cada día se esfumaba como una ilusión perdida, mientras la lluvia caía sin cesar, un lamento fúnebre por mi corazón marchito. Anhelaba el alba, la luz que rompe la tiniebla, el calor del sol que abrigue mi alma desnuda. Soñaba con un canto de aves que despierte mi espíritu, con un abrazo que sane las cicatrices del pasado. Pero solo encontraba silencio y soledad, un eco fantasmal en el abismo de mi ser. ¿Aca

No 87 "Sombras del Mañana: El Precio de Olvidar el Presente"

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"Huellas en el Viento: La Paradoja de Vivir sin Vivir" El filósofo contempló el horizonte con ojos cansados, como si pudiera ver más allá del tiempo y el espacio. Su voz, cascada por los años pero aún cargada de sabiduría, resonó en el aire como el eco de una verdad antigua: "Lo que más me sorprende de la humanidad", dijo con un suspiro que parecía contener toda la tristeza del mundo, "es su incesante baile con la paradoja de la existencia". Sus palabras flotaron en el aire como hojas de otoño, cayendo suavemente sobre los oídos de quienes lo escuchaban. Continuó, su voz teñida de una melancolía que solo la experiencia puede otorgar: "Veo a las personas correr, correr sin descanso, persiguiendo sombras de riqueza y poder. Sacrifican su salud, ese tesoro invaluable, en aras de acumular monedas que no podrán llevarse al otro mundo. Y cuando al fin se dan cuenta de su error, cuando sus cuerpos claman por atención, gastan todo lo que han ganado en un inte

No 86 « En el latir del corazón reside el verdadero valor»

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  —A lo largo de mi andar por la vida, he tenido la fortuna de encontrarme con personas de una —valentía extraordinaria—. Y con el paso del tiempo, he llegado a comprender la esencia que los distingue del resto: ¡los valientes avanzan con —el corazón completamente abierto!— No viven encasillados en los confines de la mente. —Los valientes han entendido que la mente no posee conocimiento alguno sobre el valor. Ella se encuentra —anclada en el pasado—, divagando en el futuro, pero rara vez reside en el presente. Calcula, duda, anticipa, controla, se angustia, desconfía constantemente de todo y de nada. —En cambio, el corazón rebosa de una valentía inigualable. Ama vivir en la cuerda floja, abrazando riesgos nobles: el riesgo de ser auténtico, el riesgo de expresar la verdad, el riesgo de amar sin corazas, el riesgo de perdonar, el riesgo de traspasar límites impuestos, el riesgo de expresar su creatividad, el riesgo de realizarse, el riesgo de reinventarse.  —El corazón no conoce el mied